Diciembre es el mes
favorito de muchos de nosotros. 31 días de colores, sabores, abrazos, familia,
amigos, regalos, cantos, oraciones, y descanso. Árboles decorados con bolas
rojas y doradas, luces alrededor de las casas, aroma de familia, galletas
especiales, regalos empacados en hermosos papeles navideños, moños de todos los
tamaños, sonrisas, comida por todas partes, tragos, música con mensajes
alegres, en fin, un sin número de factores que a todos nos gustan.
Justo es que
disfrutemos esta época de fin de año como nos plazca, especialmente después de trabajar
meses sin parar, quizás de no ver a nuestros amigos o familiares, o de
saborear aquellos platillos favoritos que solamente probamos en diciembre, pero
algo muy importante que no debemos olvidar es que la navidad tiene un
significado más profundo.
No se trata de religión,
o creencias espirituales, pero aprovechemos este mes para dar un poco de afecto
a quienes carecen de todo.
Regálate la satisfacción
de hacer algo bueno por aquellos que lo necesitan. Ningún niño del mundo merece
pasar una noche a la intemperie, o pensando con ansias en un plato de arroz o
unas cuantas galletas, o pasar la noche de navidad sin ni siquiera un carrito
de plástico, o una muñeca de trapo.
Hay cientos de miles
de seres que no tienen nada que comer, y que pasarán este mes de la misma
forma: sin nada.
Sin poder comprarle
a sus familiares nada nuevo, sin poder cocinar un plato navideño, sin árbol de
navidad, ni lucecitas, o fiestas.
Pero lo que es aún
peor, es que hay quizás muchos más que teniendo bienes materiales, carecen de
algo mucho más importante: amor. Seres que viven en la soledad a pesar de estar
rodeados de personas.
Diciembre es un mes
para compartir, para dar. Abraza más, sonríe más, abre tu corazón al mundo. No
se trata de regalos, sino de dar eso que llevas en la mitad del pecho. Una
palmada en la espalda, un te quiero, un me importas, un abrazo, una sonrisa, un
apretón de manos, son esas las acciones que hacen milagros en esta tierra que
habitamos.
Despojémonos de
nuestros egos, por lo menos intentémoslo. Pensemos que todos somos iguales, y
que la única forma de mejorar la vida como la conocemos es pensando de manera
colectiva. Si quieres milagros, comienza a hacerlos.
Un abrazo para todos
y feliz diciembre.
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