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miércoles, 2 de octubre de 2013

La sorpresa anunciada.

Me he programado para ir a mi país natal Colombia en los próximos días.
La felicidad me embarga, así como la ansiedad que desde ya se apodera de mí. Y no es que lleve muchos años sin ir, porque estuve en mi tierra en el 2011, pero aun así, el sentimiento de alegría por regresar y abrazar a los míos es inmenso.
Mi abuelita quien acaba de cumplir 91 años, y quien además es la razón principal de mi visita, me dice telefónicamente que me está esperando con los brazos abiertos y que está muy emocionada, aunque cinco minutos más tarde en nuestra conversación, me pregunta cuando tengo planeado ir.
-Pero mami, ya te dije que llego este viernes-, le repito.
-¿En serio, vienes este viernes?-, me pregunta con su voz ingenua.
-Si amor, y estaré dos semanas. Tengo planeadas muchas cosas contigo-, le digo.
Ella me responde que me espera con los brazos abiertos y que está muy emocionada, y comenzamos a hacer planes de nuevo.
Luego me pregunta por mi trabajo, y por el resto de la familia. Comienzo a contarle acontecimientos nuevos, y le digo que tengo muchas cosas que decirle personalmente.
-Ay mijo, ¿Y cuándo piensas venir a visitarme?-, me pregunta.
-Dios santo-, pienso para mí, dándome cuenta que el Alzheimer de mi vieja ha aumentado en los últimos meses.
-¿Adivina qué?-, juego con ella. –Voy el viernes-, le digo mientras no puedo dejar de reír.
Nuevamente mi hermosa abuelita me dice que me espera con los brazos abiertos y que está muy emocionada, y sus palabras, aunque repetitiva, me suenan a melodía ansiada por la distancia.
Por lo menos tengo claro que debido a su olvido, mi abuelita me dirá muchas veces lo mucho que me quiere, y algo más. Estoy seguro que el viernes le daré una gran sorpresa con mi llegada inesperada.
Ya les contaré más de mi viaje. Abrazos.

1 comentario:

  1. Y seguro que a cada momento que lo vea va a ser sorpresa para ella :)

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